HRW disconforme con la respuesta internacional en la República Centroafricana

Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que miles de civiles se encuentran aún en «extrema necesidad de protección». Transcurrido un año desde el golpe que derrocó al presidente François Bozizé y dio lugar a la escalada de violencia, la población está en «grave peligro» porque la comunidad internacional «ha sido incapaz de protegerla», lamenta el director de esta ONG en África, Daniel Bekele.

Según recuerda HRW en un comunicado, la Unión Africana y Francia desplegaron tropas de mantenimiento de la paz, si bien estas fuerzas «han sido incapaces de detener la espiral de violencia».

El 10 de febrero de 2014, la Unión Europea acordó proporcionar tropas para contribuir a los esfuerzos internacionales de protección a la población, pero aún no se han desplegado.

El país se encuentra a la espera de la llegada de una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, pero hasta que esto suceda las tropas francesas y de la Unión Africana «deberían tomar medidas adicionales de inmediato para brindar una mayor seguridad a la población», reclama Bekele.

Campo de refugiados próximo a Bangui

Ertharin Cousin, la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, ha alegado que «la falta de seguridad es el mayor peligro. La comunidad internacional debe involucrarse con el gobierno de República Centroafricana para acabar con la violencia». La mala situación que se vive está afectando a países vecinos. Desde diciembre de 2013 la violencia ha forzado la huida de casi un millón de personas, de las cuales más de 650.000 son desplazados internos y cerca de 300.000 se refugian en países vecinos, especialmente en Chad y Camerún, según Naciones Unidas.

Desde Amnistía Internacional, Christian Mukosa ha manifestado que “En los campos [de refugiados] existe una sensación real de miedo, ahora que personas de todos los bandos del conflicto se encuentran viviendo junto con los autores de abusos contra los derechos humanos. Es una situación sumamente peligrosa y, sin unas medidas de seguridad, es sólo cuestión de tiempo que el conflicto se propague”.

Gráfico de desplazados. MSF

“El gobierno de Chad debe asumir la responsabilidad. Envió su ejército a la República Centroafricana para rescatar a chadianos cuya vida peligraba, pero ahora envía a esas personas a comunidades sin los recursos necesarios para cuidar de ellas”, ha declarado Mukosa.

Es evidente que sin apoyo de la comunidad internacional, el Chad no puede socorrer al inmenso número de población que está llegando al país.

Hace hoy un año, Bangui (capital de la República Centroafricana) fue tomada por la entonces coalición rebelde Séléka, que asumió el poder en el país tras la huida del derrocado presidente François Bozizé. Estos rebeldes son de confesión musulmana, frente a una población mayoritariamente católica, por lo que el conflicto ha adquirido tintes sectarios y religiosos al enfrentarse los grupos Séléka con las milicias cristianas “anti-balaka”. Miles de personas han muerto desde que la coalición Séléka se hizo con el poder hace un año. Su campaña de torturas, saqueos y asesinatos ha desencadenado, desde entonces, actos de venganza por parte de la milicia “anti-balaka”.

La violencia que no cesa

El enfrentamiento entre católicos y musulmanes deja en las calles de Bangui al menos nueve muertos este fin de semana, según un balance confirmado por la Cruz Roja local.

 «Ayer, recogimos seis cuerpos. Hoy, hemos registrado tres muertos y la violencia continúa», ha declarado el presidente de la Cruz Roja local, el pastor Antoine Mbao Bogo. Durante la semana anterior, 28 personas perdieron la vida y otras 27 resultaron heridas a consecuencia de los choques.

Los combates del domingo y el lunes se han concentrado principalmente en los barrios de PK5 y Pk12, situados en el norte de Bangui y de mayoría musulmana. Los residentes de estas zonas habrían sido atacados por combatientes “anti-balaka”, según un testigo de la agencia Reuters.

Combatientes «anti-balaka»

Las tropas de la Unión Africana también fueron víctimas de un ataque cuando intentaban intervenir, aunque la MISCA, las siglas por las que se conoce a la misión, no ha querido valorar lo ocurrido.

Cristina M. Pérez

Fuentes:

  • El Diario (25 de marzo, 13:00)
  • Europa Press (25 de marzo, 13:15)
  • Amnistía Internacional (25 de marzo, 13:25)